La mayor
parte de los profesores de Historia de la Música incluye audiciones en sus
exámenes. A partir de ahí, lo que se exige puede ser muy variado en función de
los distintos niveles de la enseñanza. Pero a nadie se le escapa que
identificar lo que está sonando ayuda a enfocar la prueba.
Y aquí es
donde Siri, la asistente virtual de Apple, vuelve a sorprendernos. Si fuese una
alumna y en la prueba se puntuase generosamente el reconocimiento de las obras
propuestas, saldría bastante bien parada.
Lo empecé a
comprobar (partiendo siempre de grabaciones comerciales) con un aria de
Riccardo Broschi. A los pocos segundos Siri conjeturaba que aquello “tenía toda
la pinta” (pues Siri se expresa muchas veces de manera coloquial al tiempo que
prudente) de ser el aria “Son qual nave”, cantado por la Bartoli, sin olvidarse
del nombre del autor y del título de la ópera. ¡Bravo!
Escuchó
después la “Obertura” de Pygmalion, de Rameau.
Siri pide
tiempo:
—“Afinando
el oído”, —explica.
Y pronto añade, como admitiendo
filosóficamente que nunca nada es del todo seguro;
—“Yo diría que…”—, antes de proporcionar
con toda exactitud el título, autor e intérpretes de la obra.
La tercera
audición tenía como protagonista a Josquín y de nuevo, en menos de medio
minuto, había identificado la pieza y la concreta versión de la misma con todos
los datos pertinentes.
Pero Siri,
formada en la cultura anglosajona, no está fuerte en música española y pide
disculpas humildemente por no saber de qué obra se trata cuando le pongo algo
de José de Torres.
“Vaya, no conozco
esta canción”, se lamenta.
Y le
perdonamos que llame “canción” a cualquier cosa que suena y le perdonamos mucho
más que no haya identificado el pasaje de Torres porque es lo que le ocurriría
a al 99,99 por ciento de los españoles.
Algunos
otros ejemplos arrojaron resultados similares. La razón de estas lagunas de
Siri ¿tendrá que ver con el (escaso) grado de internacionalización de parte de
la industria discográfica española? Podría ser. Lo cierto es que Siri no puede
etiquetar lo que no está en las bases de datos a su alcance.
Finalmente tuvo que vérselas con un
ejemplo muy conocido de canto gregoriano: el “Kyrie” de la Misa de angelis. No lo reconoció en la
grabación de un grupo español, pero sí en la versión mucho más difundida de
Alberto Turco con la Nova Schola Gregoriana.
Vale, este
curso Siri no se llevará la matrícula de honor en audiciones, pero seguro que
el próximo lo hace mejor.
Ella aprende rápido.
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