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jueves, 8 de diciembre de 2016

Emilio Casares, Medalla de Oro de Bellas Artes (1)

El pasado lunes, 5 de diciembre, el profesor Emilio Casares recogió en San Sebastián —de manos del rey Felipe VI— la Medalla de Oro al Mérito en las  Bellas Artes que le había sido concedido justo un año antes. No fue el único galardonado del ámbito musical, pero sí el único musicólogo (y ya eso es todo un logro para la disciplina), hecho que me brinda una nueva oportunidad de hablar de alguien a quien considero maestro y amigo desde hace muchos años.
Precisamente este blog se inauguró con una pequeña parte de las palabras que había pronunciado uno con motivo del homenaje que la Universidad de Oviedo le tributó a Emilio Casares cuando le dio su nombre al Seminario de Musicología. Después, vieron la luz en el libro-homenaje que la Complutense dedicó al musicólogo a raíz de su jubilación.
Y como el texto citado es una semblanza humana y profesional, perfectamente legible por cualquiera, me permito refundir aquí (en dos o tres entradas) parte de su contenido. Es mi manera de celebrar, desde El otro a ratos, tan merecido galardón.
Omito todos los detalles de su formación analizados en la semblanza mencionada (estudios con los Padres Paúles, conservatorios, etc.,) para situarme ya en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, con la carrera concluida en 1971 y donde varios profesores repararon en sus cualidades. En especial, el catedrático Carlos Cid Priego, fundador de los estudios de Historia del Arte en la Universidad de Oviedo y buen aficionado a la música.
Cuando Emilio se licencia le anima a preparar una memoria de licenciatura o tesina, paso imprescindible para poder presentar posteriormente una tesis. Lo que nos interesa es que la tesina le llevó a una estancia decisiva en Glasgow, al lado de su esposa, donde ambos impartieron clases de español y donde el recién licenciado tuvo su primer contacto con la Musicología como alumno-asistente en las clases que había de la materia en aquella Universidad. Estamos en los albores de una vocación que acabaría transformando la dinámica de la musicología hispánica.
Varias cartas de los primeros meses de 1972, dirigidas por Cid a Casares, son interesantes por diversos conceptos. Carlos Cid se revela en estas misivas como un profesor preocupado por dar a los estudios de Historia del Arte un sesgo moderno, aunque sin esnobismos, que distanciasen esta disciplina de los modelos decimonónicos que él todavía había tenido que padecer. “Para mí —escribe Cid— encontrar un alumno que tire adelante muy bien y muy en serio es vital”. En esta misma carta le habla de la asignatura del curso siguiente: “Piensa que la asignatura del año que viene se llama ‘Musicología e Iconografía’, lo que significa un tercio de iconografía y dos tercios de música” (Carta de 19/2/1972). La mezcla puede sonar (y suena) un tanto anómala, pero así eran las cosas. De hecho, López-Calo destaca en algunos de sus escritos esta rareza pero también la novedad del término “musicología” en el título de una asignatura. Lo cierto es que resultó todo un logro en el contexto universitario español. La asignatura, en efecto, se impartió (aunque no se mantuvo en los siguientes planes) y tuvo amplia aceptación, gracias en buena medida a las dotes comunicativas del joven profesor.
Los proyectos de Carlos Cid sobre la presencia de la Música en los estudios de Historia del Arte y los anhelos del propio Emilio Casares eran plenamente convergentes. Con todo, el proceso no fue en absoluto un camino de rosas. Cid advierte al discípulo en la misma carta de que en la Universidad no se recibe demasiado bien a nadie y asegura que hay “una oposición feroz a la música y a todo cuanto sea moderno”.
Lo bueno del caso es que, supuestos rechazos al margen, se sentaron las bases para un crecimiento futuro de la disciplina. Esto se produjo a partir del curso 1977-78 con la presencia de dos asignaturas de Historia de la Música, una en 4ª y otra en 5ª curso, en la Especialidad de Hª del Arte de los nuevos planes. Asignaturas, dicho sea de paso, que permanecieron muchos años —incluso parcialmente en el Grado en Historia del Arte vigente en la actualidad— y que eran obligatorias y de curso completo.
[CONTINUARÁ]

Foto:
El rey Felipe VI, acompañado de la reina Letizia, entrega el galardón al profesor Emilio Casares. De las fotos oficiales del acto.

Referencia:
Ángel Medina: “La musicología en acción del profesor Emilio Casares”. Allegro cum laude. Estudios musicológicos en homenaje a Emilio Casares. Ed. María Nagore / Víctor Sánchez. Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2014, pp. 17 – 27).

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