
El pitagorismo
articuló las bases de una doctrina cosmológica y musical que se mantendría, con
diversos cambios y añadidos, hasta el siglo XVII. Según esta teoría, el cosmos
es un perfecto engranaje sonoro, una máquina musical que Boecio la llamó machina
coeli
(máquina del cielo).
Lo interesante
de esta maquinaria musical y celeste es que se sitúa por encima del hombre...
De música, ruedas y manivelas