viernes, 12 de febrero de 2016

Manolo Quirós: semblanza pequeña de un artista grande


A Manuel Rodríguez Osorio pocos nombres artísticos le podrían haber venido tan bien como el de Manolo Quirós. Con él homenajeaba a su concejo de origen (había nacido en Ricabo el 1 de marzo de 1949) y al tiempo rememoraba su infancia quirosana, cuando bebía en las fuentes más cristalinas de la música de Asturias. Ello se produjo en su propia casa, pues tanto su padre  (Emilio) como su tío (Jesús) eran excelentes cantantes. Nos han referido en su entorno familiar más cercano que a Manolo le gustaba evocar las largas caminatas que hacía con su padre cuando éste iba a cantar la Misa de gaita por los pueblos del concejo. De todo iba tomando nota el futuro artista: de melodías y rituales, de ornamentos e inflexiones inconfundibles de la voz, del particular modo de acompañamiento heterofónico de la gaita y del poderío y la sutileza de la música asturiana en sus manifestaciones más genuinas.
Sus primeros pasos en la música muestran una vocación y una inquietud manifiestas. Cómo no recordar aquella armónica de feria que tuvo antes de los diez años, el acordeón con el que se fotografiaría muy ufano en Trobaniello ya siendo un mozo, el descubrimiento del piano en la Universidad Laboral de Gijón, el oficio de tuno en este centro y en Alcalá de Henares y, por fin, el definitivo descubrimiento de la gaita en el Centro Asturiano de Madrid. Nada como la distancia para que el sonido de la gaita se cargue de emoción.
Vuelta a Asturias a mediados de los setenta y nuevos avances en su carrera. Lo vemos como gaitero acompañante y como solista, fusionando luego su gaita con músicas populares urbanas o sinfónicas –fue un pionero, no lo olvidemos–, incluso como cantante en el hermoso trabajo titulado Vaqueiros, de todo lo cual dejó abundante discografía. Su nombre aparece en numerosos proyectos, al lado de artistas como Mari Luz Cristóbal, Pixán, Kraus, Nuberu, el Che de Cabaños, Víctor Manuel, Lauret, Montserrat Caballé y tantos otros.
Se lanza a la enseñanza y su ímpetu en este campo dejó huella en muy diversos lugares del Principado, empezando por su concejo natal, que ha sabido honrar debidamente su memoria. Un espíritu inquieto como el de Manolo Quirós no tardó en darse cuenta de que la mejora de la gaita (en el plano técnico e incluso en el sociológico) requería estudio e investigación. En consecuencia, se dedicó él mismo –al principio desde un mínimo trastero de su casa– a la construcción de gaitas.
Lo recordamos hablando de maderas, afinaciones, añadido de ronquillo, entre otros aspectos. De paso, desmontaba el hermetismo de que hacían gala otros constructores. Al final de su vida la construcción de instrumentos había ocupado un lugar privilegiado en sus actividades, como pueden atestiguar las gentes de Felpeyu, entre otros músicos asturianos, y el aumento de los encargos que le llegaban de las procedencias más dispares.
Al mismo tiempo recopilaba noticias, informaciones y raros documentos sobre la historia de la gaita. Por eso, su Libro de la gaita es un trabajo modélico, no sólo para nuestra región sino también para todas las del Arco Atlántico donde este instrumento tiene raíces. Se agotó en seguida y ya tenía casi a punto una segunda edición sustancialmente ampliada cuando el destino insondable marcó otro derrotero a su vida. En dicho libro hay mucha sabiduría depositada, sensatos consejos, planos de gaitas y el tesoro de la edición de ese centenar de piezas, muchas de las cuales constituyen el repertorio de cabecera de cualquier gaitero. Casi no se puede comprender cómo pudo haber creado tanto en tan poco tiempo y menos aún imaginar lo que hubiese hecho de haber vivido más.
Manolo Quirós falleció en Oviedo el 3 de marzo de 2001, con 52 años recién cumplidos. Hace 11 años. De modo que este homenaje* no coincide con una efeméride de números redondos. Tal vez este hecho sea la constatación de que para recordar a Manolo Quirós no importan las fechas ni si los aniversarios acaban en cero o en cinco, pues nunca ha dejado –ni dejará– de estar en la memoria y en el corazón de todos los que aman esta tierra asturiana y la bendición de su música tradicional.

 
* El homenaje se celebró el 24 de mayo de 2012 en el Teatro Filarmónica de Oviedo, con presencia de numerosos músicos asturianos. Este estupendo y emotivo concierto estuvo impulsado y presentado por Carlos Abeledo, gran amigo del músico y presidente de la Asociación Alfredo Kraus. En el programa de mano se incluían las líneas anteriores, apenas con un par de insignificantes diferencias respecto a esta entrada, que se justifican por el medio de difusión empleado en cada caso.

Foto: Eduardo, Manolo Quirós, Pepe y Lolo en San Marcelo (Salas), en una Misa de gaita

2 comentarios:

  1. No sabía que dentro de unos días se cumplirán quince años desde la muerte de Manolo Quirós. Su magisterio siempre permanecerá: no solo reivindicó un instrumento -la gaita- sino que nos enseñó el orgullo de ser asturianos.

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  2. Tengo el orgullo de tener una de sus gaitas.

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