Cuando
la palabra AMIGO se convierte en unas siglas es que nos hallamos ante el Aula
de Música Iberoamericana ‘Grupo de Oviedo’. Se creó hace seis años en la
Universidad de Oviedo y la coordina mi querido colega el profesor Julio Ogas.
El pasado año cambió el equipo rectoral y el Aula y su director han seguido
funcionando, lo que dice tanto de los actuales responsables académicos como de
este proyecto musical, pues es muy frecuente que ciertas ideas lanzadas durante
un mandato no continúen o también de signo y/o de dirección en el siguiente.
Mas en este caso, ya digo, no fue así.
El
fundamento de AMIGO es relativamente sencillo: a partir de la amplia labor
musicológica de la Universidad de Oviedo en torno al patrimonio de los siglos
XIX y XX –que en el caso de determinados proyectos es de ámbito español y
latinoamericano-, se pensó en promover el conocimiento en vivo de obras y
autores de España y América, ya que la música académica de la otra orilla y la
nueva de ésta , pese a su evidente calidad, no circulan nada bien en el
mundillo musical español.
El
pasado miércoles, 29 de marzo de 2017, tuvo lugar una actividad de AMIGO en el
Paraninfo de la Universidad. Se trató de un concierto interpretado por jóvenes
estudiantes o titulados de música que también cursan estudios en la universidad
asturiana, preferentemente de Musicología y de Pedagogía.
El
concierto nos propuso combinaciones de cámara muy diversas. Nada mejor que
dejar constancia del programa, con sus autores, títulos y el nombre de los
intérpretes que se enfrentaron a este reto artístico:
Invierno porteño, Astor Piazzolla
(Argentina).
Saxofón: Coral Ruiz del
Olmo – Piano: Andrea Bolado
Flame/Chances, Javier Giménez Noble
(Argentina)
Trompa: Ana Rozas – Piano:
Violeta Rubio
Plural, Helder Oliveira (Brasil)
Oboe: Laura Burguillo –
Clarinete: Tamara Lede
Ludus IV, Fernando Mattos (Brasil)
Violines: Marina Aneiros,
Alejandro Morán
Trío, Josep Soler (España)
Violines: Marina Aneiros,
Alejandro Morán – Piano: Rocío Fernández
Sarabande et Thème Varié, Reynaldo Hahn (Venezuela)
Clarinete: Tamara Lede -
Piano: Rocío Fernández
Dos miniaturas
medievales,
Adina Izarra (Venezuela)
Clarinete: Marta Brión.
[Piano: Julio Ogas]
Zamacueca (danza
chilena),
Joseph White (Cuba)
Violín: Isabel Rivas –
Piano: Violeta Rubio
La bella cubana, Joseph White (Cuba)
Violines: Isabel Rivas,
Marina Aneiros – Piano: Violeta Rubio
El
profesor Julio Ogas realizó una sintética y acertada explicación de los
contenidos del concierto y subrayó el esfuerzo y compromiso de los músicos. Por
mi parte deseo insistir en estos mismos aspectos y destacar la novedad de la
mayor parte del programa. Puede asegurarse que hubo varios estrenos en España,
lo que resulta más notable todavía en una ciudad mediana muy proclive al canon
estético mayoritario y al gran repertorio. Claro que tampoco se dejaron de lado
ciertos nombres imprescindibles, como el argentino Astor Piazzola (¡qué sentido
fraseo y qué sutil rubato en la entrada del saxo!), seguido por su compatriota
Giménez Noble, con una obra bien resuelta pese a resultar muy comprometida por
la fragmentación de su propio discurso.
Fueron
todo un descubrimiento las composiciones de los brasileños Oliveira y Mattos,
muy bien presentadas por los instrumentistas citados en el programa.
El Trío de Josep Soler
puede considerarse la obra más densa de la sesión y la aportación ibérica al
concierto. A mí me resultó particularmente emotiva la inclusión de esta
composición por mis estrechas relaciones con el compositor catalán, que acaba
de cumplir 82 años y al que tuve bien informado de este concierto. ¡Todo un
regalo, amigo Julio y amigos de AMIGO!
Muy contrastantes los ejemplos de los venezolanos Reynaldo Hahn y Adina Izarra. De esta última escuchamos unas miniaturas medievales muy interesantes, modernas y complejas rítmicamente. El propio Julio Ogas se puso al piano, mas como no figura en el programa, me permito subsanar el olvido incluyendo su nombre en la relación anterior, eso sí, entre corchetes, como mandan las normas de edición. No se olvide que aunque ahora ejerce como musicólogo y años atrás atrás, estando en Argentina, lo hizo como profesor de análisis para pianistas, tuvo unos comienzos de concertista internacional que le llevaron a distintos lugares de Europa y América así como a participar en algunas cuidadas grabaciones de música argentina para piano.
Muy contrastantes los ejemplos de los venezolanos Reynaldo Hahn y Adina Izarra. De esta última escuchamos unas miniaturas medievales muy interesantes, modernas y complejas rítmicamente. El propio Julio Ogas se puso al piano, mas como no figura en el programa, me permito subsanar el olvido incluyendo su nombre en la relación anterior, eso sí, entre corchetes, como mandan las normas de edición. No se olvide que aunque ahora ejerce como musicólogo y años atrás atrás, estando en Argentina, lo hizo como profesor de análisis para pianistas, tuvo unos comienzos de concertista internacional que le llevaron a distintos lugares de Europa y América así como a participar en algunas cuidadas grabaciones de música argentina para piano.
Dos
obras del cubano Joseph White cerraron brillantemente la velada. Primero sonó
una zamacueca que White compuso para presentarse en Chile. Refirió al inicio
Julio Ogas que era práctica habitual componer un himno para el país que
visitaba un gran virtuoso o, en su lugar, una pieza relacionada con las señas
de identidad de la nación anfitriona, como aquí es el caso con la zamacueca.
Obra muy difícil, con dobles cuerdas, endemoniados armónicos, pizzicati y otros fuegos
de artificio de esos que gustaban a los virtuosos decimonónicos como Sarasate,
Fernando Palatín, Paganini y el propio White.
Una
habanera de White sirvió para cerrar el concierto en clave cadenciosa y eufónica.
A destacar el pasaje central, más rápido, que era propio de las primeras
habaneras y que luego fue perdiéndose, como también explico el profesor Ogas.
Todos
los intérpretes recibieron numerosos aplausos y hubieron de saludar en grupo al
final. Me gustaría hablar de cada uno de ellos, pero ya se advierte que he
evitado mencionarlos de forma individual porque esta nota no es una crítica
musical (dejé ese oficio en 1980) sino un testimonio de admiración y
agradecimiento hacia el total de los participantes por su buen hacer y su
altruismo.
Concluyo con
unas cita que mi querida colega Celsa Alonso, precisamente investigadora
principal del Grupo de Investigación en Música Contemporánea Española y
Latinoamérica (GIMCEL ‘Diapente XXI’) suele usar en algunas de sus
intervenciones públicas. Es la síntesis que la periodista Rocío Huerta hace de
un encuentro con cinco intelectuales españoles y latinoamericanos en torno a
las relaciones culturales entre ambos mundos. Dice así: “Hoy más
que nunca España necesita de América, pero sin imposiciones, sin soberbias, sin
vanidades, sin tutelas ni paternalismos, sino en situación de amigos y socios
leales y respetuosos” (El País, 1-1-2013).
Pues sí,
en AMIGO hay un puñado de esos amigos “leales y respetuosos” haciendo realidad
ese deseo. Y al hacerlo, la Universidad sale de sus muros no sólo para
proporcionar un rato de ocio a los asistentes sino para contribuir a una
reflexión que permita a la sociedad del conocimiento en la que se inserta dar
las mejores respuestas a sus necesidades y a tomar los caminos más adecuados
para su propio futuro.
Fotografías: dos momentos del concierto. Fotos cortesía de la profesora Marcela González.
Fotografías: dos momentos del concierto. Fotos cortesía de la profesora Marcela González.
El Aula de Música Iberoamericana