En un tiempo en el que se sueña con obtener recompensa inmediata y sustancial del esfuerzo más pequeño, llaman poderosamente la atención aquellos que son capaces de abordar proyectos con la vista puesta más allá del horizonte. Estas personas son tan escasas como dignas de admiración. No otro es el caso del profesor Pedro Manuel Suárez Martínez, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Oviedo. Los méritos de su trayectoria académica son variados y ya vienen de mucho tiempo atrás. Con todo, me consta que el doctor Suárez admitiría que su última publicación es la obra de su vida. Me refiero a la traducción (con una sesuda introducción y potente aparato crítico) de Las nupcias de Filología y Mercurio, de Marciano Capela. Anoto abajo la referencia completa de este acierto editorial del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo.
El latinista José Luis Moralejo, docente en los 80 en la Universidad de Oviedo y prologuista de esta edición, le propuso traducir la enciclopédica obra de Capela para la Biblioteca Clásica de Gredos. Se suponía, con más ingenuidad que realismo, que podía realizarse en un par de años. Sin embargo, pasaron treinta y cinco. En estos lustros se produjeron hechos como el cierre de la citada colección de Gredos y, por parte de Pedro Manuel Suárez, la búsqueda de otras alternativas, la incorporación de nuevos materiales, la publicación de numerosos textos académicos en prestigiosos medios internacionales y la conclusión del trabajo hace ya varios años. En 2023 ve la luz, por fin, la primera traducción completa en español y en solitario de Las nupcias. Naturalmente, no olvido la efectuada por un equipo del CSIC –en edición bilingüe y en varios volúmenes– entre los años 2016 y 2023; y no desconozco otras traducciones parciales. Lo cierto es que, tras siglos sin versión castellana, ahora resulta que la tenemos por partida doble.
El latín de Capela, sobre todo en los dos primeros libros, es endemoniadamente difícil. Afirmar esto es un tópico, reconoce el traductor, pero del todo cierto. También es complejo parte de su contenido, plagado de referencias eruditas y alegóricas, a veces muy oscuras. Se ve que el autor disponía de numerosas fuentes a mano en aquel particular contexto de la cultura latina en el norte de África, concretamente en la renacida Cartago de los vándalos. La datación de la obra es un asunto controvertido, pero P. M. Suárez se inclina por situarla en el último cuarto del siglo V.
En otro orden de cosas, son dos los criterios generales que han guiado al profesor Pedro Manuel Suárez: por una parte, ha buscado verter el texto al español dejando que lo fácil resultase fácil y, al mismo tiempo, que lo difícil se percibiese como tal en su propuesta. En segundo lugar, siguiendo un consejo de un veterano latinista, ha procurado llevar a los hispanohablantes hasta el perfume del latín de aquella etapa y no adaptar la lengua del Lacio al espíritu del castellano actual.
El argumento de las Nupcias es sencillo. Mercurio desea casarse y acaba eligiendo a Filología, que ha de adquirir la inmortalidad para subir a la morada de los dioses. Mercurio –por intermediación de su hermano Apolo– le regala las artes y disciplinas que posteriormente conoceremos como “artes liberales”. Con esta disculpa, los libros III al IX están dedicados a las siguientes siete ramas del saber: Gramática, Dialéctica, Retórica, Geometría, Aritmética, Astronomía y Armonía. Las tres primeras conformarían el trívium; y las otras cuatro, el quadrivium, aunque estos nombres no los acuña Capela.
Además del tratado sobre música del libro IX, Capela se refiere a ella en otros muchos lugares. Así, en el primer libro se encuentra la leyenda del bosque sonante de Apolo (o de las Fortunas), a la que ya he dedicado una entrada en este blog. Otro momento clave es el ascenso cósmico de Filología y su séquito. Entre otras muchas incidencias, cada vez que la comitiva pasa por el círculo de un cuerpo celeste, suena una nota distinta. Es la música de las esferas. El pasaje ha hecho correr ríos de tinta, pues a Capela no le salen las cuentas de los intervalos y del número de tonos y semitonos de la octava resultante. Este episodio requeriría entrada aparte, así que basta con mencionarlo y subrayar el punto conflictivo.
La variada temática de Las nupcias permite asegurar que serán escasas las personas sensibles a la cultura que no hallen algún aspecto afín a sus intereses en esta magna obra. Sin duda, desde la óptica del musicólogo, el libro IX es decisivo. Y no solo en sí mismo, sino por la trascendencia que tuvo. Está documentada la recepción de Capela en diversos momentos de la Edad Media, singularmente en el renacimiento carolingio, pero es indudable que el eco de Las nupcias ha sonado aún con más fuerza en el Renacimiento de los siglos XV y XVI, gracias a la imprenta y por otras razones que explica el autor de esta edición. En cuanto a la música, son abundantes los tratadistas de dicho período que mencionan el libro IX de Las Nupcias. Glareanus, autor del Dodecachordon, lo cita en relación con su particular propuesta de escalas modales. Otro grande de la teoría musical del siglo XVI, Francisco de Salinas, lo aprovecha en la mayoría de sus Siete libros sobre la música en relación con diversas cuestiones. Evito el detalle de este auge renacentista de Capela en el terreno musical, pero lo cierto es que no son escasos los teóricos que insisten en citarlo como autoridad en asuntos musicales.
En cuanto al contenido del libro IX, Capela plantea una primera sección en la que Armonía explica los poderes curativos de la música, así como las capacidades de los músicos míticos y fundadores de esta disciplina (Orfeo, Anfión de Tebas, Arión…). Es muy interesante el modo en que Armonía, “la más sobresaliente de las féminas” (p. 409), se distancia de lo bajo “pues que odia la indolencia de la estupidez terrena” (p. 409). Ella misma lo reconoce: “Hace ya tiempo que con odio hacia los nacidos de la tierra y disgustada con los mortales impulso los orbes del cielo estrellado” (p. 418). De modo que se asiste a una especie de renacer de la música que coloniza los cielos y resuena con ellos en su eterno girar. Dado que el discurso de Armonía –acompañado de cantos y danzas muy diversos y ella misma muy sonora por estar revestida con “tintineantes” láminas de oro”– es también una especie de examen, ha de explicar asimismo todos los preceptos de la teoría musical griega: el nombre de las notas, los géneros, los sistemas, los tetracordios, los tropos, la métrica, etc. Sin duda en Las Nupcias resuenan las voces de Aristóxeno de Tarento y de Aristides Quintiliano, entre otros autores. Pero todo esto es algo que los lectores podrán explorar por su cuenta; y ahora es más fácil, al contar con esta manejable traducción.
En una obra de esta envergadura es evidente que cada especialista puede hallar detalles que requerirían una cierta matización. No sería uno un buen lector si todo lo encontrase maravilloso. Por ejemplo, y entre otros casos, podría extenderme sobre la conflictiva expresión “flauta doble” para referirse al aulós (tibia, en latín). Pero esto no es propiamente una recensión, sino un saludo a una obra que ve la luz tras una larga y laboriosa gestación. Quizá en otra ocasión merezca la pena comentar este y otros problemas terminológicos en las traducciones de teoría musical griega.
Concluyo reconociendo una vez más el valor de este empeño del profesor Pedro Manuel Suárez, quien escribe: “Filología trae como dote sus puellae adivinatorias; Mercurio, por su lado, aporta las Disciplinas, entregadas por Apolo” (p. 5). Y, ahora, me permito apostillar: el profesor Suárez nos regala esta traducción, magníficamente preludiada por su introducción y con notas abundantes y oportunas. Está claro que contiene mucha ciencia y considerable pasión, no poco oficio y sobrado talento. Está llena de vida y es capaz de transportarnos a esos tiempos fronterizos entre la baja latinidad y los siglos medios. Presentada en un solo volumen de 482 páginas, este libro parece invitarnos a un espléndido banquete nupcial, cuyo plato fuerte es la misma sabiduría. Por eso, su lectura resulta tan necesaria como fascinante. Para que luego venga cierta autoridad en temas de latín a decirle al profesor Suárez –quien lo cuenta en el preámbulo– que traducir una obra así es poco menos que una pérdida de tiempo. ¡Vaya bromista!
Referencia:
Marciano Capela: Las nupcias de Filología y Mercurio. Introducción, traducción y notas de Pedro Manuel Suárez Martínez. Oviedo: 2023. Ediciones de la Universidad de Oviedo. Colección Investigaciones en Humanidades. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo.
Fotografía:
Pedro Manuel Suárez en Ponte de Lima (Portugal), al lado de un miliario y con el puente de origen romano al fondo (27/8/2023).
Las Nupcias, de Capela: el impagable regalo de Pedro Manuel Suárez