Las proporciones establecen relaciones de comparación entre entidades homogéneas, por ejemplo, entre números. Aplicadas a la música, se usan ya en la Grecia antigua. Podemos encontrar su terminología en teóricos musicales tan alejados entre sí en el tiempo como Aristoxeno, Arístides Quintiliano, Boecio o Francisco de Salinas.Su principio es la
desigualdad. Con elementos iguales tenemos la identidad, pero con elementos
desiguales puede haber distintos tipos de relación. Las proporciones más
elementales relacionan dos elementos, que es el caso que hoy se comenta aquí porque
ya ofrecen importantes usos en la música.
Si nos referimos a las
proporciones aritméticas con dos términos hay que distinguir entre proporciones
simples y compuestas. Las proporciones simples, a su vez, se dividen en tres:
múltiple, superparticular y superpartiente. Las proporciones compuestas se dividen en dos:
múltiple superparticular y múltiple superpartiente.
Exponemos estos rudimentos
de proporciones tomando primero el número mayor y luego el menor (desigualdad
mayor), pero nada impediría hacerlo al revés (desigualdad menor).
Proporciones simples
La proporción múltiple es aquella en la que el número mayor contiene
al menor dos o más veces sin que sobre nada. Puede ser doble, triple, cuádruple
etc. Ejemplos: 4:2, 9:3, 8:2. Se leería 4 es a 2, etc.
La proporción superparticular es aquella en la que el número mayor
contiene al menor una vez y sobra una parte alícuota o numerativa del número
menor. Si sobra 1/2, se llama sesquiáltera; si sobra 1/3, sesquitercia, etc. Ejemplos
de lo dicho: 3:2, 4:3.
La proporción superpartiente es aquella en la que el número mayor
contiene al menor una vez y sobran dos o más partes alícuotas del número menor.
Si sobran dos partes se llama superbipartiente; si tres, supertripartiente, etc.
Para indicar que esas partes sobran respecto al número menor, se suele construir
expresiones como “superbipartiente tercias”, o “supertripartiente quintas”,
etc. Ejemplos: 5:3, 8:5.
Proporciones compuestas
Múltiple
superparticular. En cuanto múltiple, el
número mayor contiene al número menor dos o más veces. En cuanto
superparticular, sobra una parte del número menor. Ej: 5:2, donde el 5 contiene
dos veces al 2 y por eso es múltiple dupla, sobrando ½ del número menor, lo que
la sitúa como múltiple superparticular sesquiáltera.
Múltiple superpartiente. En cuanto múltiple, el número mayor contiene al número
menor dos o más veces. En cuanto superpartiente, sobran dos o más partes del
número menor. Ej: 8:3, donde el 8 contiene dos veces al 3 y por eso es múltiple
dupla, sobrando 2/3 del número menor, lo que la define como múltiple superbipartiente
tercias.
Algunos usos musicales
Interválica pitagórica
Para los
pitagóricos, el número es el principio que explica todo. Los elementos de la tetraktys o número cuaternario suman 10,
que es el número perfecto, un “receptáculo” donde, siguiendo con Porfirio, se
halla “toda diferencia numérica, toda clase de razonamiento y toda proporción”.
Por todo ello, la tetraktys adquirió
un sentido sagrado, a modo de amuleto pitagórico. Refiere Porfirio que, de
hecho, la utilizaban siempre en sus juramentos, a la vez que invocaban a
Pitágoras “como a un dios”. De este modo:
“no, por el que a nuestro
linaje otorgó el número cuaternario,
porque éste posee como
fundamento la fuente de la perenne naturaleza”.
El empleo de las
proporciones está indisolublemente unido a la teoría interválica pitagórica.
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En la tratractys o número
cuaternario, podemos encontrar las siguientes relaciones:
2:1, diapasón (8ª);
3:2, diapente (5ª);
4:3, diatesarón (4ª);
3:1, diapasón con diapente
(8ª con 5ª);
4:1, disdiapasón (doble 8ª);
4:2, diapasón (8ª).
Nótese que el diapasón con
diatesarón no puede derivarse de la tetractys porque la suma de ambos
intervalos (multiplicando las fracciones 2/1. 4/3) da 8:3, que es múltiple,
dupla superbipartiente tercias. Boecio explica lo alejada que está esta
proporción (y las superparrtientes en general) de las proporciones múltiples y
superparticulares, que son todas las demás citadas. Situación problemática sólo
por el peso de la teoría, pues es obvio acústicamente que, si la cuarta es
consonante, lo seguirá siendo, aunque se le añada una octava,
Interpretación con proporciones de un pasaje bíblico
Nos referimos a la
destrucción de Sodoma y Gomorra según lo interpreta la escritora mexicana del
siglo XVII sor Juana Inés de la Cruz. Esta religiosa sostiene que la música
sirve para comprender muchas otras disciplinas, incluso que es útil para la
exégesis bíblica. El número de justos que Dios exige que haya en las ciudades
del llano va bajando de 50 a 10 (50, 45, 40, 30, 20, 10). Esto implica,
simplificando, las proporciones 10:9, 9:8, 4:3, 3:2 y 2:1, o sea, el tono menor
y el tono mayor de Ptolomeo y luego la cuarta, la quinta y la octava. Ya hedescrito esta jugosa historia en el blog, así que a ella remito desde esteenlace.
Notación
proporcional
La notación blanca del Renacimiento utiliza un sistema
proporcional para todo lo relacionado con la medida. Mediante números y signos
diversos se indica al intérprete que allí donde antes cantaba una semibreve en
tiempo íntegro (por poner un ejemplo), ha de cantar dos cuando aparece la
indicación de la proporción dupla. Y así sucesivamente. Eso produce el
resultado de que cada una de las semibreves proporcionadas, por estar en
proporción dupla, valen exactamente la mitad. De este fenómeno nos queda el
compás binario o “alla breve”.
El caso más elemental lo tenemos en el siguiente ejemplo de
Tinctoris, de fines del siglo XV.
A la derecha, en la voz del tenor, tenemos una ligadura con
propiedad opuesta que indica dos semibreves. El medio círculo que hay después
de la clave es el signo de tiempo imperfecto. Por tanto, podríamos cantar o transcribir
la ligadura de dos semibreves como dos blancas en compás binario. Pero en el
fragmento de la izquierda, que es el contrapunto correspondiente, vemos el
signo de tiempo imperfecto partido, que significa proporción dupla. Por esta
razón, la semibreve del comienzo habría que interpretarla a la mitad de su
valor, lo mismo que la mínima siguiente y de igual modo en lo sucesivo. En
otras palabras, habría que cantar o transcribir la semibreve como negra (y la
mínima como corchea, etc.) para que ese fragmento encaje con el valor asignado
a las figuras del tenor, que están en tiempo “íntegro”.
Este ejemplo es de una gran simplicidad, pero cuando uno echa un
vistazo a los manuscritos que contienen música francoflamenca, se encuentra con
cosas admirables en este género de música proporcional.
También se emplean proporciones en asuntos de métrica poética
greco-latina, construcción de instrumentos y en algunos otros aspectos, lo que
pone de relieve la fascinación que han ejercido los números en el género humano
y muy especialmente cuando aparecen relacionados con la música.
Ilustración de portada: ejemplo de proporciones de Glareanus, Dodecachordon
Gracias por su explicación, aunque hay algo que no me queda claro sobre las sesquealteras, sesqueatercia, etc. ¿Esas proporciones son basandose en el numero de vibraciones que emiten las notas? O sea, que si una cuerda vibra a 100 veces, su tercera parte seria 33.3, y esta seria una relación de 3:1 ¿Estoy en lo correcto?
ResponderEliminarEspero pueda ayudarme.
Cuando en la antigua Grecia se introdujeron las proporciones aritméticas, no se pensaba en términos de vibraciones sino de distancias en el monocorde. 3:1 es una octava con quinta. Si se considera en el sistema temperado, tendríasamos1200 cents de la octava más los 700 de la quinta, pero el tercio de la suma no daría un sonido que encajase dentro del temperamento. Lo mismo ocurriría con la afinación pitagórica. Podría ser útil para estas cuestiones el libro de Gonzalo Fernández de la Gándara y Miguel Lorente titulado Acústica musical (Madrid, ICCMU, 1998). Cuando Ptolomeo propone la proporción de 5:4 para la tercera mayor estaba siguiendo la serie de las proporciones (2:1, 3:2, 4:3) y no pensando en vibraciones. De hecho, hasta el temperamento igual tenemos numerosas distribuciones internas de la octava que tienen que ir ajustando los problemas de la teoría pitagórica. Para cualquier cosa, quedo a su disposición en mi correo: amedina@uniovi.es
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