El 19 de
diciembre de 2015 tuvo lugar en la villa de Salas (Asturias) un acto
particularmente justo y emotivo. Me refiero al homenaje que se tributó a Rafael
Fernández Fernández, conocido como Falín el Profesor, que fue un auténtico
hombre-orquesta de la vida musical y cultural del concejo de Salas y tierras
colindantes durante las décadas centrales del pasado siglo XX. El acto comenzó
a las 7 de la tarde en el Centro Polivalente La Veiga, lleno hasta los topes.
El homenaje
estuvo muy bien conducido y presentado por el profesor Isidro Sánchez, en
nombre de la Fundación Valdés Salas —impulsora del mismo y cuyo vicepresidente
ejecutivo, el profesor Joaquín Lorences, estaba allí presente— y del Aula
Valdés Salas de la Universidad de Oviedo, de la que es director. No faltó la
colaboración del Ayuntamiento —cuyo alcalde, Sergio Hidalgo, acudió igualmente
al acto—, ni la de otras entidades como la asociación Amigos del Paisaje de
Salas y las de tipo musical que se citan más abajo.
Acudieron al
evento numerosas personalidades relacionadas con la vida cultural del Occidente
asturiano, que no detallamos para evitar posibles omisiones. Y tendiendo a todo
el mundo, como perfectos anfitriones, los sobrinos-nietos del Profesor: Carmen,
Teresa, Reyes y Nicasio de Aspe Llavona, acompañados de otros familiares y
todos ellos muy queridos en esas tierras.
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En la
primera parte hubo tres breves intervenciones orales. La primera corrió a cargo
del sobrino-nieto de Falín, Nicasio. En esta aportación quedaron expuestos los
datos principales de la biografía del homenajeado, sus estudios y actividades
profesionales, con momentos especialmente emotivos al mencionar a su propia
madre, Marichu Llavona, sobrina de Falín y mantenedora durante muchos años de
la firma comercial.
A
continuación intervino el doctor Bernardino Blázquez Menes, prestigioso
neurólogo ya jubilado y gran conocedor de la historia de Salas, con una
disertación titulada “La voz del pueblo”. En ella desgranó una serie de datos
biográficos complementarios de los que ya habíamos escuchado anteriormente y,
además, seleccionó un ramillete de anécdotas protagonizadas por Falín el
Profesor y su entorno, alguna de ellas muy divertida y para nota.
La tercera intervención corrió de cuenta del autor de estas líneas y estuvo orientada a comentar de qué manera la actividad de Falín contribuyó a la creación de identidades emocionales, paisajes sonoros y memoria, al articular con su música una serie de diálogos entre la vida privada y la pública en esta parte de Asturias. Se publicará próximamente en este blog.
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Sin duda el plato fuerte vino de la mano
de la propia música. A ese fin el gran impulsor del homenaje, el profesor Jesús
Menéndez Peláez, diseñó un recital en el que participaron diversas
agrupaciones.
Previamente,
Menéndez Peláez evocó con sentidas palabras el ambiente de las fiestas
sacramentales de los años cincuenta, con sus escenografías y rituales. Sonó
primero la “Marcha procesional”, arreglada por Falín e íntimamente asociada a
su figura, a cargo del grupo instrumental La Nueva Lira de Lavio (Salas). Y a
continuación, el “Tantum ergo” por la Coral Polifónica “Santiago López” de
Pravia, dirigida por José Fernández Avello, querido amigo de hace muchos años y
excelente músico. El propio Jesús M. Peláez se sentó al armonio de Falín (un
interesante instrumento del siglo XIX puesto a punto por Jesús Arévalo) y
acompañó el himno, del mismo modo que Carmen, sobrina-nieta del homenajeado, se
sumó con el acordeón de Falín a la primera pieza.
Acto seguido intervino el Ensemble de acordeonistas de Gijón, dirigido por Ginés Fernández, excelente instrumentista y profesor de acordeón en el Conservatorio de Luarca (Valdés). Daba gusto ver en perfecta armonía a personas de muy diversas edades, desde niños hasta jubilados que no han perdido las ganas de hacer cosas. El propio Jesús M. Peláez es uno de estos animosos veteranos, dicho sea de paso.
Las
habaneras y otras piezas populares hicieron las delicias del público. Y resultó
muy impactante la versión de “Ecos de la Quintana”, con arreglo del director
del Ensemble, donde, tras una primera presentación por parte de los acordeones,
hace entrar a la gaita en el momento adecuado para logar el clímax.
Finalmente,
la Coral Polifónica “Santiago López” de Pravia, con Avello al frente, abordó
una amena selección de obras. Hubo un cambio en el programa que les llevó a
cantar de memoria una página no prevista titulada “La sirena”. Avello recalcó
que esta obrita no es originaria de Valdés, como se suele decir, y también
recordó su trato con Falín el Profesor.
No menos
agradó una composición de ambiente asturiano del ilustre Moreno Torroba
titulada “En el camino de Mieres” y la lograda vaqueirada “Siga el pandeiro que
toca”, de Antolín de la Fuente.
Para concluir, coro y Ensemble se unieron en dos momentos navideños: “Noche de paz” y “Adeste fideles”. Excusado es decir que todas las intervenciones orales y musicales fueron celebradas con numerosos aplausos y otras manifestaciones de júbilo.
Tras el
concierto se procedió un “pincheo” que permitió la formación de corrillos y el
intercambio de recuerdos en torno al Profesor, a Salas y a lo que hiciese
falta.
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Este acto
sirvió, por otra parte, de colofón festivo al Congreso Internacional “La imagen de la autoridad y el
poder en el teatro del Siglo de Oro”, celebrado en la sede de la Fundación
Valdés Salas y dirigido por el profesor Ignacio Arellano, investigador
principal del Grupo de Investigación Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de
Navarra y el citado Jesús Menéndez Peláez. Este último donó meses atrás su
valiosa biblioteca y fondos documentales a la Fundación Valdés Salas (de la que
es patrono de honor) y ya están previstas otras importantes actividades
académicas para 2016 en torno a dicho legado.
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Ya se había ido
retirando buena parte de los asistentes cuando el ya citado músico y afinador
Jesús Arévalo empezó a juguetear con el acordeón de Falín. A los pocos segundos
enhebraba unos aires populares que animaron al incombustible profesor Menéndez
Peláez a echar unos bailes (con excelente estilo), entre el regocijo y el
aplauso del corrillo que allí se formó.
En suma: un homenaje
precioso, entrañable, evocador y absolutamente digno del gran Falín el
Profesor.
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Fotografías cortesía
de Carmen de Aspe Llavona:
Falín el profesor al piano
Nueva Lira de Lavio, con Jesús M. Peláez y Carmen de Aspe Llavona, a la izquierda de la imagen.
Nueva Lira de Lavio, con Jesús M. Peláez y Carmen de Aspe Llavona, a la izquierda de la imagen.
El doctor Bernardino
Blázquez Menes en un momento de su intervención.
Ensemble de acordeonistas de Gijón y la Coral Polifónica “Santiago López” de Pravia, dirigidos por
José Fernández Avello.
Homenaje a Falín el Profesor